carteles sobre carteles

La fotografía, al igual que la pintura, cuenta con una gran cantidad de técnicas de composición de imágenes, avaladas por extensos estudios científicos de cientos de años de análisis. Estos persiguen el objetivo de atraer la atención del observador y transmitirle claramente su mensaje. La disposición de cada elemento en la extensión de la pieza gráfica es fruto del meticuloso trabajo de encuadre, cuyo resultado final dará cuenta de la calidad tanto de la captura como de su creador.

Lo mismo ocurre en el campo del diseño y su vecina profesión, la publicidad. Al igual que la fotografía, aunque con otros propósitos que no ahondaremos en este escrito, su objetivo final es atraer la atención. Sus imágenes y disposición del texto no están puestos al azar, y todos caemos inocentemente en estos artilugios al momento de verlos por la vía pública.

Sin embargo, lo más interesante ocurre tras presentar la gráfica al público: el batallón de "pegatina de pequeños y económicos afiches" inunda la ciudad con sus baratos panfletos adheridos a todo tipo de superficie, incluyendo la pensada publicidad. En ese batallón hay quienes buscan suplantar una imagen por la otra, tapándola por completo. Pero muy de vez en cuando asoma un destacado y anónimo rediseñador innato.

Su ingenio puede más que sus escasos recursos, y logra incorporar su reducido afiche de forma tal que quede armónico en su composición final. Este "estilista callejero" termina consiguiendo lo que tan celosamente habían intentado lograr los diseñadores originales: el punto de atención principal terminará siendo el simple papelito agregado y logra, con una mínima inversión, el mayor impacto posible. A esto le podemos sumar que, en ciertos casos, la incongruencia entre ambos afiches puede llegar a ser tal que se destaque aún más por la gracia generada entre su audiencia.

Esta imagen es uno de los tantos ejemplos que podremos encontrar por la ciudad:



Será sólo cuestión de estar atentos y se sorprenderán de esta maravillosa profesión oculta que cotidianamente nos rodea en nuestro andar.

De las fotos que tienen algún fantasma



Todo lo que alguna vez ha sido inexplicable para el hombre ha sido objeto de adoración o de temor, de búsquedas (ctrl+f) y reemplazos, de dioses y de moños, de enfrentamientos entre los puramente racionales y los que se creen abosolutamente todo lo que leen ó alguno les contó. Por ello, en esta ocasión me pareció adecuado postear esta foto digital a la cual le encontramos con un amigo un "punto" blanco que nunca existió. Esta foto está tomada en un bosque del sur de Argentina, en lo alto de una colina pequeña, hace unos años atrás. No recuerdo con certeza a qué quisimos sacarle, pero lo cierto es que nunca vimos con nuestros propios ojos algo parecido al "punto" que luego quedó grabado al momento de obturar. Como teníamos una digital, tomamos otra foto unos segundos después para sacarnos la duda, donde el reflejo ya no existe más. Después nos fuimos, obvio.


Existen lugares en el mundo que poseen éstas características de velar o molestar fotos, como por ejemplo, la fuente de Gänseliesel, en Göttingen, Alemania, que "centrifugó" varias fotos a un grupo de conocidos. Recuerdo además que de chico cayó en mis manos un libro de G. Terrera que justamente hablaba de un caso donde en una reunión familiar fotografiaron a todos los primos juntos. Cuando la revelaron semanas después se dieron cuenta que entre los chicos había otro que nadie había visto. Con el tiempo se supo que era un primito que había fallecido hacía muchos años atrás.


Abrimos de este modo una convocatoria esotérica para que quien sepa de fotos con fantasmas las envíe así las posteamos y nos de a todos un poco de miedo. Y sinó, pregúntenle al guía de la Torre de los Ingleses, en Retiro, que cuando la fui a visitar el tipo me dijo que tienen a uno que a veces le hace ruidos y bromas... (me lo dijo muy en serio, jeje)

De nuestras pequeñas series


Las fotos que fueron sacadas una atrás de otra en el mismo momento (alrededor de 5, según como te copaste) y que no rankearon para ponerlas en el cuadrito son aquellas que después de un tiempo las volvés a ver amontonadas en una caja y te acordás de la del cuadrito y sabés que son todas fotos hermanas. Las características de éstas tomas fallidas es que tienen gente con un ojo cerrado y el otro abierto, otro que mira para cualquier lado y otras, tienen a la persona muy de lejos. Aún así, abundan las fotos enmarcadas con éstas características debido a que poseen una carga emocional muy grande. Las fotos fallidas, miembros honoríficos de nuestras pequeñas series vinieron a este mundo a trabajar de anexos que nos informan más sobre nuestra foto preferida y dónde estuvimos y qué comimos y qué hicimos el día aquel.


Me pregunto cuántas tomas hermanas habrá detrás -ó adelante- de fotos conocidísimas, como la del beso, de Doisneau, la de Halsman que le sacó a Hitchcock con el pájaro posado en el habano, la del Violon d´Ingres, de Man Ray, y puedo seguir nombrando muchas más, exceptuándolo a Cartier Bresson, que con su "instante preciso" sacaba de a una, y eso ya le era suficiente.

De los fotógrafos ocasionales


Nunca falta el transeunte que, con excelente predisposición, termina con una cámara en sus manos con el cometido de sacarle una foto a uno o varios desconocidos sonriendo. Los mozos de restaurantes son crónicos en esta labor. Pero lo mas complicado de este rol es que nadie se acordará de él si la foto está bien sacada, pero todos lo recordarán recurrentemente ante el más mínimo defecto.


Entre sus mejores habilidades, podemos destacar:
  • cabezas cortadas: especial destreza para ubicar el horizonte destacando con gran énfasis el dibujo del estampado de la remera, junto con la sonrisa del dueño de la misma. Claro que cuando sobra lugar llegan a aparecer en escena los ojos (y no mucho mas).
  • gran angulares: se supone que cuando alguien da su cámara es para que el propietario de la misma aparezca en alguna de todas las capturas. Sin embargo, las ansias de explotar sus dotes de paisajista se apodera de dicho fotógrafo situacional y le saca una gran foto a la montaña del fondo, y ese puntito rojo al pie del mismo es el dueño de la cámara (sonriendo, por supuesto).
  • espontáneas: conocen a la perfección lo importante de la espontaneidad del modelo en la foto, y es por ello que se apresuran a pulsar el disparador en el momento en que uno, desconociendo sus grandes habilidades innatas, intenta darle algún mínimo consejo de como le gustaría ser fotografiado.
  • equilibrados: todo objeto debe estar en el medio. Siempre.

Desde este humilde rincón digital, nuestros agradecimientos a todos los que conforman este vasto grupo de expertos por su buena onda de siempre!

De la escala humana que no molesta y de la que molesta


Aceptar la escala humana en las fotos es algo que lleva tiempo -y hasta cansancio- procesar internamente. En otras palabras, me refiero al estado mental de aceptación del hecho de que aparezca una persona allá a lo lejos cuando intentamos fotografiar un edificio o un paisaje que se encuentra (justo justo hasta ese momento) despoblado y solitario.

Es inevitable luego no mirar al costadito aquel donde justo, justo, apareció una personita que estrop... perdón, que representó la escala humana en el fotograma.

Mas allá de los malos momentos, a veces suele quedar bien -y hasta es necesario- para representar proporciones de obras arquitectónicas, artefactos, paisajes.

De todos modos, a quienes interese la escala humana y toda la filosofía asociada, recomiendo leer a Le Corbusier en sus obras donde trata la temática del modulor.


Nota: a los que ya lo leyeron, verán que existe una gran similitud entre el hombrecito de los dibujos de Jeanneret y el tipo que de pronto aparece a contraluz en nuestras fotos.

De los trucos de los fotógrafos y la pérdida de la magia


Los fotógrafos además de ser detallistas al retratar la realidad, suelen tener algunos trucos como los tiene todo el mundo. Lo bueno es que algunos trucos son un poco graciosos.

Para recrear la foto, frente a un modelo vivo que entienda su lenguaje, los fotógrafos dan indicaciones como ser: "mirá un poco más para allá...", "hacé de cuenta que cantás...", "señalate algo en el horizonte..." y la mejor de todas "poné una cara más natural, como si yo no estuviera..." mientras el tipo está apuntándote con un telemegaplusobjetivo de cancha de fútbol.

Escribir esto favorece al desvanecimiento de la magia de una foto pero al mismo tiempo adiestra el ojo del mirante, porque siempre es bueno separar las fotos buenas de las malas. A las malas se le nota que el fotógrafo le dijo "nene, reíte como tuvieras una carcajada..." y el modelo se ríe, pero no se le hincha la vena de la frente, y no le transpira el cuello por lo que la imagen queda incompleta, como si no tuviera sal. Mientras que las fotos buenas, son buenas por su espontaneidad, o también, por haber logrado en forma artificial imágenes que remiten a situaciones verdaderas muy bien producidas.


Nuevamente, si usted está aburrido/a y coincide que justo está en la calle, mírele la cara al modelo de un cartel publicitario, imagínese las indicaciones del fotógrafo y se va a reir un poco.

De Any colour you like y el multivision


El tema de Pink Floyd, Any colour you like, del álbum Dark side of the moon, tiene una ligazón con algunas fotos bastante fáciles que me gustan sacar con un filtro que se llama multivision. El filtro multiplica por cuatro las imágenes que toma el objetivo y así como uno mira por el visor es la foto que quedará. Es bien fácil tomarlas, y este blog está poblado de ellas.

Volviendo a la música, lo que resalto es que ese tema comienza con un sintetizador que también se encuentra multiplicado cuatro veces. Es decir, cada nota que el intérprete pulsa, el ordenador lo repite a ciclos iguales, siendo la primera la más fuerte, disminuyendo en forma lineal el volumen de las repeticiones que siguen (o sea, eco). Lo mismo ocurre con el filtro en cuestión: la parte central de la foto es la más fuerte, siendo las periféricas las que se van difuminando.

Lo que me llamó más que nada la atención fue la analogía -insignificante o no-, pues si hubiera que traducir o convertir éstas imágenes en algún tipo de música, estaríamos frente al ejemplo perfecto.


Hágame caso, cómprese el cassette, escúchelo tranquilo a la noche, y después me va a entender.

De las casas de "revelado" y sus ritos sacrílegos


Aclaro que en este posteo abundarán las "comillas". Hay casas y "casas" de revelado. Algunas se dignan a hacer las cosas bien (2%) y otras también, pero al revés (98%). Es muy común recibir fotos con pelusas o manchitas misteriosas, agregadas a la foto por el "operador": colores virados con paupérrimo criterio, escasez de contraste, colores apagados, blancos y negros mal interpretados, dejar afuera del marco cosas importantes, cortar cabezas, etc. Estas cosas engrosan el listado de ritos sacrílegos que hacen las "casas" de -por llamarlo de alguna forma- "revelado", que luego uno nota cuando ya se fue del local y se encuentra armando el álbum tranquilo en su living.
Mi consejo es: Aquellas fotos "selectas" no las devuelva, déjelas en el álbum, bien visibles, y cada vez que las vuelva a mirar acuérdese de una tarea pendiente con usted mismo, que es montarse en el lavadero de su casa su propio laboratorio de revelado y terminar en la batea la foto que días atrás empezó en la cámara.

Del 95% de las fotos publicitarias


Esto viene dado a través de un tinte crítico. Mi intención es afilar el ojo del lector de revistas semanales y del público en general, es decir, de todos nosotros los que de alguna forma consumimos medios visuales. Me entretiene mucho ver los errores de las fotos de las publicidades. Es muy gracioso ver cómo sale gente con las cabezas cortadas, sin contraste, con la heladera atrás que se ve que está abierta (y está vacía!), el modelo con los ojos a medio cerrar, fotos que quieren dar la sensación que son todas distintas pero se nota que fueron tomadas el mismo día (y lugar)... y podría seguir listando... Un modo barato de entretenerse para los que viajan en transporte público como yo es "deleitarse" con éstas joyitas de la fotografía fallida en las publicidades de a bordo. Pero ojo!! Nadie es perfecto, y todas las fotos son criticables y perfectibles, pero en una gráfica de carteras, por ejemplo, "la cartera" no puede salir fuera de foco... Señores profesionales, existen reglas mínimas de composición. Recomiendo a los mismos que vuelvan a leer el librito de "las fotos bien" para que lo tengan más en cuenta. A los lectores, les digo ésto para que cuando vean una foto bien sacada y ya no puedan reirse de ella, se den cuenta que están ante un trabajo muy bien hecho.

De los reflejos ocultos


En las fotos de miradas muy de cerca con suficiente iluminación y en las de superficies metalizadas, a veces está bueno ver todo lo que se refleja en ellas. Si se puede.

Si el modelo del retrato tiene los ojos bien abiertos, a veces pueden distinguirse las luces ó el estudio reflejados en los globos oculares.

Con un poco de ayuda e imaginación es posible recomponer aquello que estuvo frente a la imagen que ahora pulula en la foto. Usted puede -si le presta bastante atención- ver al fotógrafo cliqueando. Esto no es más que otro rasgo característico que cuenta una brevísima historia de cómo fue hecha la toma. No es más que eso.

De las maldades de las aves




Todo aquel que en su vida intentó fotografiar pájaros se enfrentó a la desmotivación de perderse casi siempre, o mejor dicho siempre muy buenas fotos. Y porqué? Porque los pajaritos presienten a los que les van a sacar una foto. El tema acá es que a ellos no les gusta la fotografía. Haciendo un paralelismo, son como los gatos al agua.


Los pajaritos saben cuándo los están enfocando, y en efecto posan, de a uno, de a dos, de a varios... (es todo una gran farsa...) dejan que saquemos la cámara del estuche... (y pensamos: qué buena foto voy a sacar!!) nos dejan que la prendamos con rapidez... (ya te tengo, quedate quieto) nos dejan que enfoquemos bien (ahí va!!)... y cuando está todo listo en un marco de tranquilidad... los muy malditos se vuelan!!



Mientras escapan de nosotros, seguro que deben pensar "tomá!" (y hacen un gesto con el alita) y nosotros, muy enojados y con la cámara en la mano ya no pensamos en nada, simplemente decimos al viento "pájaro y la re..."




Aclaración: en el árbol de la foto había muchos pájaros, que cuando les fui a sacar me hicieron el gesto...

De nuestros antepasados


Siempre intenté imaginarme cómo fueron todos mis antepasados, cómo fueron sus rostros, sus movimientos, sus actitudes, sus voces, sus ocupaciones. Haciendo multiplicaciones para atrás a lo largo de la historia de la humanidad, puedo contar a decenas y decenas de personas, muchas de las cuales vivieron en países y reinos que hoy ya no existen y hasta pudieron hablar lenguas extintas.
Los que no somos de sangre azul no tenemos fotografías o pinturas de nuestros antepasados de más de tres generaciones atrás... facilitaremos a nuestros descendientes el acceso a esas imágenes a través del tiempo y nos darán una idea más terminada de aquellas personas a quienes nunca conocimos...

De las fotos de otros y las mías y el paso del tiempo


Hace tiempo considerable que guardo fotos de otros. Algunas llegaron a mis manos cuando las rescaté luego de estar perdidas durante años en cajas de zapatos. Otras, las tomé libremente de un piloncito tímido en exposiciones que visité, que pisan el límite de postales. Las que tengo más presentes fueron las que me regalaron amigos, o aficionados.

El tema en cuestión es que hace poco tiempo, empecé a notar similitudes entre algunas de estas imágenes y las mías. El primer paso entonces fue amigarlas en el álbum, una al lado de la otra, para poder apreciar más directamente los puntos de conexión, como ser luminosidad, colores, situaciones, composiciones.

Pero en especial hay una, -no diré de quién- que fue tomada por dicha persona hace muchos años atrás, en Paseo Colón, Buenos Aires. Puedo jurar que estuve parado en ese lugar y que hice una serie de tomas iguales a esa fotografía, sin saber siquiera de la existencia de dicha obra. En verdad lo que cuento no tiene nada de extravagante, pero para mí representa algo más: es curioso ver cómo gente que no se conoce, con historias distintas, de generaciones distintas, se detiene con una cámara en los mismos lugares -inmutables- solamente una vez cada muchos años... esa es la permanencia magnética de un lugar, de una memoria social etérea -suspendida- y a la vez, otra declaración firme de nuestro pasaje circunstancial por la vida. Las calles, son las mismas, las veredas, son las mismas. El tiempo pasa y las personas que ayer estuvieron luego no estarán. Mañana vendrá otro, y así sucesivamente. Ese es nuestro destino como fotógrafos, registrar el paso del tiempo en el mundo.

De las Fotos de Ingeniero


Si alguno de ustedes tienen un padre, tío o amigo ingeniero, seguramente lo habrán sorprendido sacándole fotos a un caño, a un motor, a una válvula, a una torre, a una columna, a una estantería con herramientas, a un molino, por nombrar alguno de los objetos más famosos y codiciados por nosotros. Bueno, tranquilos, somos ingenieros de ley.

El mismo proceso puede efectuarse en sentido contrario. Si usted está formando parte de un divertido grupo de fotografía y hace una salida grupal, observe un ratito a cada uno... detectará fácilmente a todos los técnicos de su grupo.

De los Rompefotos


Wedding breaker = Rompeboda

Photo breaker = Rompefoto


Y sí. Todos hemos sido alguna vez rompefotos. Algunos sin quererlo, otros, queriendo (es muy divertido).

El rompefoto simplemente es aquel extraño que aparece de improvisto justo detrás del que le sacamos la foto justo en el momento en que se hace click. Se apodera como una estrella de cine del costado derecho que quedó libre en la foto, o el espacio de cielo que se ve por arriba de los hombros... y los hay de varios tipos, como el que se cruza por delante. Pero el peor rompefoto es el que aparece detrás del fotografiado, ya que nadie lo nota al principio, excepto en el momento en que se tiene la foto en papel. Y peor aún, siempre está mirando al objetivo. Es su cometido divino. Y ni hablar si también se ríe. Un subtipo de este rompefoto es el jíbaro = sólo se le ve la cabeza.

La explicación científica de este fenómeno está directamente relacionada -entre otros condimentos- con el tiempo que se tarda para preparar una foto. Cuanto más tiempo se está arreglando la composición es cuando más probabilidades tenemos de pescar a un rompefoto.

Esto también tiene su fórmula matemática, siendo: a . b = n

donde a es el número de fotografiados,

b es el tiempo transcurrido entre foto y foto,

y n es la cantidad de rompefotos.

De comer todos juntos


Sí, comer. No cenar, ni almorzar. Comer.
En "2001, A Space Odissey" (Ulises = Odiseo) se muestran a los simios incursionando en la caza y agrupándose para masticar la carne cruda de lo que parecen ser tapires recién ablacionados. Leyendo en Internet algunos comentarios de aquella película, resalto aquel que enfatizaba el hecho de que aún hoy el hecho de comer juntos con otros humanos sigue tan arraigado en la faz social de los individuos. De hecho, el salto en el tiempo que se ve en el largometraje muestra como los hombres del siglo XXI a bordo de un módulo espacial todavía se juntan a comer y a charlar. Y el concepto es este: juntarse a comer porque los alimentos se pudren como en la prehistoria. Por eso es que se come de a muchos.

Pues qué tiene que ver con las imágenes esto? Nada, pero me gusta el concepto.

De lo que creen los fotógrafos


Es una muy buena pregunta.
Salvador Dalí en "Diario de un genio" decía que él pintaba bien -a diferencia de otros colegas- porque creía en muchas cosas que los pintores actuales no creen.
Nadie sabrá si en verdad lo que propiciaba Dalí lo cumplía, y es verdad que tuvo cuadros estupendos y algunas obras que no tanto, pero aún así creo que el concepto es inquietante:

En qué crees tú fotógrafo? qué mueve tu vida?

De los que revelan y los que no


La foto termina cuando es plasmada en papel. La foto circula cuando está impresa, cuando la persona puede tenerla en sus manos, y comentar con otros sus apreciaciones.
La imagen debe ser un motor para compartir ideas con amigos, familiares, aficionados, y una de las formas en que las personas mejor se predisponen es cuando tienen la impresión en sus manos.
El tipo de papel ó cartón también oficia de indicador y protagonista y deja una idea más acabada de dónde es que proviene esa foto.
El que quiere mucho a sus muestras, se encarga de ordenarlas en una bolsa, álbum, o sobre, y a partir de dicho instante comienza a rodarlas por la mesa en orden tal que todos puedan ver a todas. Algunas son secuencias, cuentan una historia por sí mismas. Otras, basta con una sola mirada a la imagen solitaria para descubrir su espíritu.

De los píxeles vs. los granos


Pensando infinitesimalmente las imágenes, y teniendo en cuenta la sensación que causa en nuestra mente un contorno recto y otro curvo, llegamos al encuentro de la fotografía «tradicional» con la digital. Por más pequeño que sea el pixel, no deja de ser cuadrado, lo que al integrarse resulta en un área de contornos fríos, muy contrastados.
La fotografía tradicional ofrece a través del formato de los granos, contornos más amigables a nuestra percepción humana, ya que se conoce que los mismos son circulares.
Sin dejar de ser una opinión muy personal, que quizás usted no comparta, me atrevo a expresarlo.
En cambio, en lo que respecta a rapidez, comodidad y versatilidad, la fotografía digital es innegablemente una verdadera revolución que lleva años acompañándonos.

De las Vituallas


Es necesario para una buena recorrida fotográfica tener siempre a mano una mochila con líquido y galletitas (las aceitunas son muy adaptables a cualquier clima y situación).
Es importante para las salidas en grupo que la comida no sea el factor decisivo para elegir los recorridos, y/o marcar los tiempos de marcha.
Hacer una salida en grupo y comer mientras se sacan fotos es una experiencia revitalizadora, entretenida, que acerca a las personas entre sí, pero que dispersa mucho al fotógrafo concentrado.
Lo ideal no existe, y cada grupo de fotógrafos encontrará la mejor manera de mezclar comida y bebida con las recorridas, y administrará su tiempo como mejor le resulte.